viernes, 8 de julio de 2011

Me gusta ir despacio, alguien me enseñó que ir rapido nunca es bueno. Cuando tienes prisa es cuanto mas te olvidas de las cosas importantes. Mi madre siempre llegaba tarde a los sitios, igual que yo, y la vida nos ha enseñado a ir a carrera aunque no nos guste. Mi vida se mueve también rápido, demasiado. No es estresante, pero si algo agotador. Al final acabas cansado de las emociones fuertes y los dias de locura y envidias a todo aquel que casi nunca tiene algo que contar; o al que siempre le pasa lo mismo. Es raro, ¿no? La gente huye de la monotonía y yo pretendo adentrarme en ella... Pero es que llega un momento en el que te tienes que decir a ti misma: Para, acuerdate de respirar.

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