Me gusta ir despacio, alguien me enseñó que ir rapido nunca es bueno. Cuando tienes prisa es cuanto mas te olvidas de las cosas importantes. Mi madre siempre llegaba tarde a los sitios, igual que yo, y la vida nos ha enseñado a ir a carrera aunque no nos guste. Mi vida se mueve también rápido, demasiado. No es estresante, pero si algo agotador. Al final acabas cansado de las emociones fuertes y los dias de locura y envidias a todo aquel que casi nunca tiene algo que contar; o al que siempre le pasa lo mismo. Es raro, ¿no? La gente huye de la monotonía y yo pretendo adentrarme en ella... Pero es que llega un momento en el que te tienes que decir a ti misma: Para, acuerdate de respirar.
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